27-03-16
Int. No.322
Recordamos con
indignación este 25 de marzo, como el día de rememoración y censura de la
Esclavitud, reproduciendo un artículo nuestro de hacen dos años.
La infame
"Economía de Trata", el comercio de esclavos
El comercio de esclavos
practicado por "Occidente" es sin lugar a dudas uno de los tres
mayores delitos cometidos contra los tres mundos con la ignominia llamada "Economía
de Trata".
Un escritor proveniente de Guinea Ecuatorial nos relata
así el comercio negrero:
«Para surtir de mano de obra
necesaria para iniciar la explotación de aquellas riquezas y tierras "sin
dueño" tras el exterminio o reducción de los indios a las zonas
impenetrables, las potencias conquistadoras volverían sus ojos sobre África para
proveerse de la misma, dando origen al holocausto de la caza al hombre o de la
trata de negros. Esta caza, que comienza desde el primer cuarto del siglo XVI
con John Hawkins a la cabeza, trasladaría a tierras americanas más de 60
millones de negros durante tres siglos, sin olvidar otros tantos que durante su
apresado, acampado en "factorías" y traslado posterior sucumbieron
bajo el látigo y los fusiles de los negreros. La verdad es que aún en la
actualidad no hay vocablos suficientes para calificar dicho holocausto. De
entre las compañías negreras más relevantes podemos señalar las siguientes:
n La flota de John
Hawkins que dio origen a la Royal Company de Inglaterra, entre 1562 y
1700.
n La Compagnie Rouannaise de Francia.
n La Compagnie de Cap Vert et du Senegal.
n La Compagnie des Indes Occidentales de Colbert.
n La Compagnie du Senegal de 1672 q 1681.
n La Compagnhia do Guinea de Portugal, que en 1690 se
obliga ella sola a proporcionar nada menos que "diez mil toneladas de
negros".
n La Compañía de Corisco.
n La Concesión a los holandeses e ingleses por España
del "navío de permiso y Asiento" durante Carlos V en 1518 y con
ocasión de la paz de Aquisgrán con Inglaterra….» (1)
Como puede apreciarse por la importante cita,
las potencias europeas organizaron compañías especiales para promover el infame
comercio de carne negra para sus establecimientos en sus colonias americanas.
Inglaterra, Francia, España y Portugal, encabezan la "hazaña" de
comerciar con humanos.
El ex-presidente senegalés Abdu
Diuf recordando en Dakar el crimen oprobioso exigía una compensación e
indemnización a Europa por los inmensos daños causados a los pueblos africanos:
«(El monumento será erigido)
para exaltar la capacidad del humano de poder erguirse y perdonar....toda la
barbarie y genocidio y como indicio de la renuencia a aceptar la fatalidad de
un mundo inclinado hacia el odio y la destrucción» (2)
Por su parte, Bashourum
Abiola, editor y periodista nigeriano, expresaba:
«Hoy no podemos sentarnos y
decir que todo está a la perfección y olvidado cuando sabemos que hay una
relación directa entre el sufrimiento que pasamos hoy y el afrontado por
nuestros antepasados por los comerciantes de esclavos y sus Estados
auspiciantes hace 400 años... Las cifras varían, pero en 451 años de esclavitud,
139 millones de africanos murieron en cautiverio...» (3)
Según el nigeriano, se
desconoce cuántos millones de negros africanos llegaron a sus destinos, primero
a las plantaciones en el Caribe y luego a Norte y Sud América.
A su turno, el gran escritor
guyanés Walter Rodney, que pagó con vida su trabajo científico de
investigación, en una obra maravillosa y poco conocida, nos indica que:
«Uno de los puntos de
incertidumbre es la cantidad de africanos que fueron exportados. Por mucho
tiempo esto ha sido objeto de especulación, y los cálculos oscilan entre algunos
millones y cifras que sobrepasan los cien millones....(en un período que se
extiende entre 1445 y 1870)..» (4)
Rodney, explica la resistencia
de los pueblos africanos al infame comercio.
«Una
vez iniciado el tráfico de esclavos en cualquier lugar de África, rápidamente
se hizo claro que había quedado fuera de la capacidad de cualquier Estado
africano el cambio de esta situación. En Angola los portugueses emplearon un
número inusitado de sus propios hombres para tratar de arrebatar el poder
político a los africanos. El Estado angolano de Matamba sobre el río Kwango fue
fundado alrededor de 1630 como una reacción directa contra los portugueses.
Bajo el liderazgo de la reina Nzinga, el reino de Matamba intentó coordinar la
resistencia contra Portugal en Angola. Sin embargo, hacia 1648, los portugueses
ya llevaban las de ganar y esto dejó aislado al reino de Matamba: Y Matamba no
podía mantenerse aparte eternamente. Mientras se opusiera al comercio con los
portugueses sería objeto de la hostilidad de otros estados africanos vecinos
que ya se habían comprometido con los europeos en la trata de esclavos. De modo
que en 1656 la reina Nzinga reanudó las relaciones comerciales con los
portugueses -una concesión crucial que fue decisiva para afianzar la hegemonía
de los europeos en la economía angolana.
Otro
ejemplo de la resistencia africana al comercio de esclavos viene de los baga,
en lo que hoy se conoce como la república de Guinea. Los baga vivían
organizados en Estados pequeños, y alrededor del año 1720 uno de sus líderes,
de nombre Tomba, se propuso convocar una alianza para detener el tráfico de
esclavos. Fue derrotado por los mercaderes residentes europeos, mulatos y otros
africanos mercaderes de esclavos. No es difícil entender por qué los europeos
se apresuraron a tomar todas las medidas necesarias para que Tomba y sus
seguidores baga no pudieran escapar al papel que les había asignado Europa».
(5)
Y siguiendo la recopilación de
testimonios del segundo genocidio, otro delito de Lesa Humanidad cometido por
Occidente, tenemos la opinión de Jack Woddis:
«La obligación de trabajar
para los europeos ha sido el destino de los africanos durante más de cuatrocientos
años. Desde el enorme y vergonzoso tráfico de esclavos de los siglos XVI a XVIII,
hasta el momento actual, la mano de obra africana para los europeos ha estado
vinculada a la fuerza y a la compulsión. …(6) A pesar
de lo grande que fue el mercado de esclavos realizado en los siglos XVII y
XVIII por los holandeses, españoles, franceses y portugueses, no fue nada en
comparación con el tráfico de esclavos de Gran Bretaña. "Casi cuatro veces
más esclavos africanos fueron transportados en las bodegas británicas que en
todos los barcos de las otras naciones juntas", escribió Redding. Este
monstruoso comercio de esclavos y la resultante esclavitud fueron los ejes del
surgimiento y crecimiento de la industria capitalista…..»
El mismo Woddis, citando a W.
E. B. DuBois, nos dice:
«Poblaciones enteras fueron
despobladas, tribus enteras desaparecieron. Fue la violación de un continente,
jamás encontrada en la antigua o moderna historia….» (7)
El coronel Ewart S. Grogan,
notorio dirigente de los colonos blancos de Kenia, decía que si el africano no quería trabajar
voluntariamente para los europeos, entonces era preciso obligarlo:
«Les hemos robado la tierra.
Ahora tenemos que robarles los brazos…
El trabajo obligatorio es el corolario de nuestra ocupación del
país…» (8)
El gran escritor africano Jean
Suret-Canale que también cita a DuBois, refiriéndose a las cifras estimadas
de la gran exportación de seres humanos, nos dice:
«900 000 en el siglo XVI; 2
750 000 en el siglo XVII; 7 000 000 en el siglo XVIII y 4 millones en el siglo
XIX; o sea un total de 15 millones…» (9)
Pero estas cifras se quedan,
efectivamente, muy cortas en vista de nuevos estudios y descubrimientos. DuBois
entiende que por un esclavo llegado a América, hay que contar por lo menos
cinco hombres matados en África o muertos en el mar. A. Duchasse adelanta la cifra de 150 millones
de africanos trasladados a América durante tres siglos y medio.
En torno al problema teórico
de la esclavitud, es preciso señalar que existen opiniones muy diversas en
torno a ella. Un primer error, según Woddis consiste en considerar la
"exportación" de esclavos como un fenómeno tradicional que solamente
habría cambiado de dirección. Así nos dice:
«Hubo sin duda, en los tiempos
del esplendor de Ghana y de Malí, esclavos negros --productos de razzias contra
las tribus independientes-- que eran vendidos en el mundo árabe. Nada
atestigua, entre los autores árabes, una amplitud particular de este comercio:
su importancia no superaba, y hasta probablemente era inferior, al tráfico de
esclavos que alimentaba al mundo árabe desde Europa, donde los cristianos
vendían sin escrúpulos de conciencia a los "infieles", los germanos y
eslavos "paganos" secuestrados en los confines de la cristiandad. Ibn
Haoukal señala, entre las "exportaciones" del Maghreb hacia oriente,
a "eunucos sacados del país de los negros y del de los esclavones"
(siglo X), En esta época, la fabricación de los eunucos con destino a países
árabes era la rama de industria más activa en la ciudad de Verdum, y en
Venecia, ejerció largo tiempo el mismo comercio a expensas de los eslavos del
Adriático, quiénes dieron su nombre a la institución misma (esclavo, venido de "Esclavon",
originario de la "Esclavonia" o "Eslavonia", que reemplaza
el término latino survus o "siervo", cuyo sentido se ha modificado). (10)
Suret-Canale nos explica que
es un error atribuir un papel decisivo a la trata de esclavos en la dirección
de los países árabes por su importancia limitada. Dice que este comercio no
tenía amplitud para constituir la forma de producción fundamental y que sobre
todo servía para aprovisionar a los harenes árabes de concubinas y personal
doméstico (Maurice Halbwachs. Encyclopédie francaise)
Finalmente en un rasgo de
honestidad intelectual, Jean Suret-Canale nos explica:
«A cambio de los esclavos,
Europa sólo entregó al África mercaderías de valor irrisorio, la
"pacotilla", supervaluada a causa de su rareza y de su "exotismo"
desde el punto de vista africano: pólvora y armas de fuego (destinadas
esencialmente a la caza de esclavos), alcohol adulterado… Esas eran las
principales "mercaderías de la trata". Europa por regla general, no
se preocupó de dedicarse directamente a la caza de esclavos; la
"compra" a los mismos africanos, sobre esta base, presentaba ventajas
mucho más grandes y riesgos infinitamente menores. Así los mismos africanos se
convirtieron en los artesanos de su propia ruina, para único beneficio de los
negreros….» (11)
Inglaterra fue el principal
impulsor de este infame comercio. La ciudad de Liverpool fue el principal
puerto desde el cual se organizó la economía de trata de esclavos y se calcula
que fueron alrededor de 5 300 viajes marítimos los que partieron desde la
ciudad entre 1 700 a 1807.
Igualmente en la misma
ciudad-puerto existe el Museo "Merseyside Maritime" muy cerca de
donde zarpó el buque "Zong", famoso "por su cometido como por la
actitud de su Capitán"
«En noviembre de ese año
(1791) el Zong sufrió dos epidemias y sus existencias de alimentos se redujeron más de lo previsto cuando efectuaba
la travesía entre Liverpool y Jamaica, en el Caribe. Para combatir esos
factores, al capitán del buque se le ocurrió otra solución que lanzar por la
borda a 133 esclavos y reclamar después a su compañía aseguradora a 30 libras
esterlinas (45) dólares por cada uno de ellos…..
Los abolicionistas de la época
pretendieron que el capitán del buque fuera acusado de asesinato y llevado ante
los tribunales de Justicia para que respondiera de lo sucedido, pero fracasaron
en su intento, ya que los esclavos eran considerados en aquel entonces como una
propiedad d la cual se podía disponer….
Uno de los efectos
sobrecogedores…..es la captura, transportes y desventuras de Olaudah Equiano,
un esclavo que logró escribir una autobiografía publicada en 1798. "Me
pusieron rápidamente bajo la cubierta y recibí una salutación en mi nariz que
nunca experimenté antes en mi vida, por lo asqueroso del enorme hedor de todos
los que estaban allí… Llegue a estar enfermo y sucio que no fui capaz de comer…."…» (12)
En breves términos es éste
precisamente el carácter de este delito cometido contra el África por parte de
Occidente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario