domingo, 12 de abril de 2020

HITLER Y TRUMP: EL DESPOBLAMIENTO DEL PLANETA TIERRA

12-04-20
Int. No. 513
HITLER Y TRUMP: EL DESPOBLAMIENTO DEL PLANETA TIERRA



Adolf Hitler, antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial con su invasión a Polonia, en 1939 y en conversaciones con su asesor político Hermann Rauschning, decía textualmente:
“DEBER DE DESPOBLAR.  “Por tanto se nos impone el deber de despoblar, como tenemos el de cultivar metódicamente el aumento de la población alemana. Habrá que instituir una técnica del despoblamiento. Me preguntaréis lo que significa despoblamiento”, y si tengo la intención de suprimir a naciones enteras. pues bien, sí, es más o menos eso. la naturaleza es cruel, tenemos por tanto el derecho de serlo también. En el momento que lance en el huracán de hierro y de fuego de la guerra futura a la flor del germanismo, sin que yo sienta pesar alguno por la preciosa sangre que correrá a raudales, ¿quién podría i impugnarme el derecho de aniquilar a millones de hombres de razas inferiores que se multiplican como insectos…” (1)
Efectivamente, Hitler cumplió su palabra y desató una conflagración mundial que costó a la humanidad unos 50 millones seres humanos, con la intención de suprimir a las razas inferiores, léase eslavos, rusos, polacos, al pueblo judío, a los gitanos y otras minorías nacionales.
La furia racista del Führer Alemán, (aunque Hitler era austriaco y presumiblemente también tenía origen judío), llegaba al extremo de ocasionar una hecatombe mundial para conseguir sus objetivos.
Increíblemente, cuando en el siglo XXI, comenzado su tercera década, volvemos a encontrar modernos racistas que con las mismas u otras palabras plantean los mismos “objetivos”, nos convencen, pese a algunos despistados, que estamos frente a la segunda tentativa del fascismo mundial para hacerse del planeta.
Donald Trump, un norteamericano tan histriónico como su par germano, vuelve con el mismo cuento racista pretendiendo, igualmente, “despoblar” el planeta.
Trump, no tenía ni tiene ni tendrá la fuerza de provocar una gran Tercera Guerra Mundial para su alocado “despoblamiento”, empero ideó otra forma más sutil y siniestra: utilizar armamento bacteriológico, biológico y virológico para diezmar las “poblaciones sobrantes”, léase chinos, africanos, asiáticos, negros y latinos.
Sin embargo, al Hitler moderno le salió el tiro por la culata y el más perjudicado resultó siendo su pueblo (aunque quiénes, más sufren son los negros, latinos y pobres norteamericanos).
En el mismo sentido y con los mismos fines truculentos, la directora o ex-presidenta del Fondo Monetario Internacional, Cristin Lagarde, nos decía que existen personas mayores y ancianos que constituyen una carga para el desarrollo de las naciones y habría que suprimirlos. Es una interpretación libre de las palabras de esa vieja que odia a los viejos.
En resumen, cuando Trump y el grupo Bilderberg (2) planificó está guerra de “nueva generación contra la humanidad”, no tuvieron en cuenta que el mundo ha cambiado radicalmente y los tiempos del accionar incontrolado de la potencia militar yanqui, ha dejado de ser determinante, existiendo otras fuerzas, sin ser precisamente socialistas, empero por lo menos, amantes de la paz mundial y enemigos de las guerras de agresión que han equilibrado el mundo la balanza política del mundo.
Los marxista-leninistas y maoístas, no abandonamos nunca nuestras banderas y consideramos que, en esta hora de gran conmoción sanitaria como consecuencia del Covid-19, instamos a todos los pueblos del mundo agredidos por el cavernario Trump, a organizar poderosos Frentes Nacionales Anti-Fascistas que lleven nuevamente a una batalla global para derrotar a los causantes de este crimen que no tiene parangón en la historia humana.
Notas.
1, Rauschning, Hermann. “Hitler me dijo”.  Ediciones Hachete. Bs As-Argentina 1940.
2. El club, conferencia, grupo o foro Bilderberg es una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación. Los miembros de este grupo se reúnen en complejos de lujo ubicados en Europa, Norteamérica y Asia occidental, donde la prensa no tiene ningún tipo de acceso, y sus oficinas están en Leiden (Países Bajos). El nombre de este club procede del hotel en el que tuvo lugar la primera reunión, en los Países Bajos.
PCmlm.

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