lunes, 6 de abril de 2020

ARCE GÓMEZ

ARCE GÓMEZ 
(Por M. javier Astorga M.)
 La muerte de Luis Arce Gómez nos lleva a recordar tiempos que creímos alguna vez ya superados y nos lleva a establecer irremediablemente paralelos históricos. Y, como es difícil reprimir a la memoria,  ésta, nos retrotrae   el entierro del compañero Lucho (marzo 1980)  muerto bajo tortura por los sicarios enviados por este personaje siniestro que le gustaba amenazar lleno de soberbia y de poder.
Aún no era ministro pero ya ostentaba cínicamente el poder. Miles de personas asistieron al entierro del padrecito comunista, era increíble la conglomeración de indignación e impotencia.
Frente a semejante movimiento de masas creímos inocentemente que  los militares no se atreverían a dar el golpe de Estado que se lo sentía en el ambiente político de aquel entonces. Otro error concurrente de la izquierda, confiar en la fuerza moral de lo correcto sin el respaldo  de una fuerza militar propia.
La tentación de establecer un paralelismo histórico es irresistible. Se venía de una victoria popular (noviembre de 1979) ante un conato de golpe de Estado (Natusch Busch)  el pueblo vence en las calles. Hay un ascenso de masas importante y la izquierda se posesiona en el país reclamando medidas económicas populares anti oligarcas y antimperialistas.
El pueblo en las calles la izquierda envalentonada y un Gobierno que duda entre fortalecer al pueblo o conciliar con las fuerzas de la derecha. El imperialismo norteamericano jugaba sus cartas a nivel mundial, la guerra fría estaba llegando a su final con éste mostrando superioridad comercial y armamentística. Era imprescindible para el imperio el dominio económico y político de  Latinoamérica y sobre todo de Bolivia por la importancia geopolítica que significa para la dominación hegemónica y el control de los recursos estratégicos, en aquel entonces el petróleo y el gas  que jugarían un rol importante en el escenario pos guerra fría.
Luz verde imperial entonces para el golpe de Estado, mano dura para eliminar los últimos movimientos marxistas que podían impedir la total hegemonía del imperio. Movilización y apoyo de las oligarquías regionales. El aparato represivo resabio de la dictadura militar  de Banzer (1971 – 1978) estaba intacto así que no necesitaban de pititas de ninguna clase.
El golpe de Estado se implementa, con García Mesa y Arce Gómez a la cabeza (julio 1980). El golpe  de Estado es sangriento, los muertos los pone el pueblo que sale a enfrentar a las balas como siempre a pecho descubierto, mineros, campesinos, gremiales, universitarios (en aquel entonces revolucionarios) fabriles,  la resistencia en los barrios pobres, en las villas. Militares en cada calle, estado de excepción, no se podía andar en grupos de más de dos personas, militares pidiendo cédulas  de identidad, violencia en las calles. Radios mineras y alternativas cerradas, tomadas a golpe de palo y fúsil, una sola cadena de radio y televisión, prensa acallada, subordinada o vendida.
Se gobernaba por decreto y una sangría de recursos en favor de los golpistas que no se había visto nunca. Entraron a eso, sabían que no podían durar mucho tiempo en el poder así que era “ahora o nunca”. El narcotráfico se volvió impune, y el que decía algo o reclamaba derechos, iba a parar con todos sus huesos o las celdas de la represión, al cementerio o a una fosa común. Por eso la frase célebre acuñada por este nefasto personaje, había que andar con el testamento bajo el brazo. El que reclamaba justicia era sedicioso, el que se rebelaba o decía   la verdad era un vándalo.
Siguiendo esta metodología de establecer paralelismos, cuanto duró el régimen  de los Mesa y Arce Gómez? Cuanto duró esa dictadura  inmoral e ilegítima?.    Duró lo que duran las alianzas espurias. La oligarquía boliviana no es un bloque compacto, tienen  sus facciones de clases y todas son ambiciosas y angurrientas de poder sólo las mueve el afán  de lucro fácil  y no dudan en asaltar  las arcas del Estado. Siempre fieles y serviles al imperio norteamericano. Duró lo que duró el quiebre de estas clases capitalistas antinacionales. Duró  el tiempo que el imperialismo juzgó necesario que la brutalidad militar le servía en función de sus intereses y para eliminar la resistencia del pueblo y de  lo mejor de la izquierda,  allanando  el camino para  implementar  una democracia ficticia o pactada como se la denominó después.
El pueblo no  olvida el enorme daño que hicieron estos personajes que sirviendo a los intereses de las oligarquías antinacionales y del imperialismo norteamericano no dudan en ensangrentar al pueblo y en su nombre lo gobiernan y lo saquean. Pero el destino de todos estos personajes  que gobiernan para los interese de las minorías, a la larga es el mismo, siempre  se hace justicia y  todos los soberbios que en un momento abusaron del poder que en Bolivia es efímero,  a todos les espera la cárcel como a Arce Gómez. 
Marx comienza una de sus obras citando a Hegel que decía que los hechos de la historia se producen dos veces, olvidando decir que unas veces como tragedia y otras como farsa. 
Esperemos que no sea esta vez como tragedia porque como la mayoría de las veces las sufre el pueblo.

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